miércoles, 27 de febrero de 2013

El halconazo en la Universidad Veracruzana


El anuncio, por parte del rector  de la Universidad Veracruzana (UV), de la eventual realización de un estudio de opinión para mantener o desaparecer el equipo de basquetbol profesional parece reunir todas las características de una simulación. Con la intención de cerrar su larga y desafortunada estancia en la rectoría, Raúl Arias, se propone echar mano de las encuestas para defender su proyecto de universidad, que no parece ser otro que el de las universidades privadas yanquis, que apuestan a la publicidad proporcionada por sus logros deportivos para mantener una imagen de ganadores.

Sobra decir que el mantener un equipo profesional de basquetbol, que entre 2008 y 2011 ha consumido 268 millones 570 mil 976 pesos, no tiene la intención de ampliar la demanda de sus servicios educativos sino simplemente, al decir del rector, de promover el deporte. No puede decir otra cosa pues el crecimiento de la capacidad de la UV para absorber la demanda educativa ha sido nula, si se toma en cuenta que cada vez más jóvenes se quedan fuera de la universidad. 

Pero eso no parece importarle a Raúl Arias que, aferrado a su visión personal de lo que debe ser la universidad, no tiene empacho en declarar que no hay dinero, por ejemplo, para el mantenimiento de la USBI o del Hospital Universitario. Restricciones presupuestales les llama, con el cinismo típico de la burocracia universitaria. 

Pero volviendo al tema de la simulación del anunciado estudio de opinión, el coordinador general del Centro de Estudios de Opinión y Análisis de la UV, Claudio Rafael Castro López, dio los detalles de la farsa. Para empezar no será uno sino dos estudios de opinión: uno que será sólo para la población de Xalapa y otro para la comunidad universitaria de todos los campus de la UV. Y claro, en fechas diferentes: el de Xalapa -dirigido a la población en general- del 25 de febrero al primero de marzo, o sea ya, con lo que se limita la posibilidad de abrir espacios de discusión y análisis; y el estatal –para toda la comunidad universitaria- entre el 11 y el 22 de marzo. 

Eso sí, el método de selección será estrictamente aleatoria, faltaba más. Pero con todas las mañas que les conocemos a los encuestólogos cuesta trabajo creer que así sea. Máxime que en la consulta estatal participarán tanto maestros, como funcionarios y personal administrativo. Y para colmo, falta ver las preguntas que comprenderán el ‘ejercicio eminentemente estadístico’ que, por lo que se ve, estarán orientadas a medir la percepción del éxito del equipo y no las consecuencias negativas del enorme costo del mismo en la misión esencial de la universidad.

Los resultados de la simulación serán dados a conocer a principios de abril, o sea una o dos semanas después de recabar la información, a pesar de que se utilizarán metodologías de vanguardia. Todo con la intención de responder a las demandas de los estudiantes de Humanidades, que el año pasado lograron que el rector se comprometiera a realizar la consulta. La simulación tiene entonces dos objetivos: demostrar la ‘sensibilidad política’ del rector para con las demandas de la comunidad universitaria, y además reafirmar su compromiso con la ‘democracia’. No cabe duda de que todo el proceso será una simulación, una manipulación descarada para obtener el resultado deseado a costa de la misión fundamental de la UV. Un halconazo virtual pero efectivo para imponer la voluntad de la burocracia universitaria y burlar las demandas de la comunidad estudiantil.

martes, 12 de febrero de 2013

La transición política en México, a costa de los acuerdos de San Andrés



A pocos días de que se cumplan 17 años de la firma de los Acuerdos de San Andrés convendría recordar el significado de esa coyuntura y cuáles fueron las consecuencias de su incumplimiento gracias a la calculada traición de Zedillo y toda la runfla de políticos que, independientemente de su color, formaron parte de ella.

Para empezar, las reformas electorales de 1996 fueron ofrecidas a los partidos y sus dirigentes a cambio de apoyar la política paramilitar de Zedillo en Chiapas para cerrarle el paso al movimiento zapatista y su visión política. Gracias a la partidización -que no ciudadanización como algunos ilusos insisten en distinguir a la reforma electoral- el sistema político logró cambiar para mantener el autoritarismo, sólo que ahora compartido entre las fuerzas políticas institucionales. Y si cree que exagero le voy a recordar que años después, dicho pacto político se materializó cuando en el Senado la traición se consumó con el voto de todos los partidos para sacar adelante el proyecto de ley indígena de Diego Fernández y Manuel Bartlett, que contó, cómo olvidarlo, con el voto de la izquierda de arriba, con Lázaro Cárdenas Batel a la cabeza.

Asimismo, ese año de 1996 dio paso a la etapa de militarización que hoy vivimos, dándole a las fuerzas armadas un papel central en la contención del descontento social, a falta de acuerdos políticos que no sólo beneficiaran a los cacicazgos políticos. La matanza de Acteal fue el ensayo general de una estrategia sostenida en la creación de fuerzas paramilitares, asesoradas y mantenidas por las fuerzas armadas, para hacerle el trabajo sucio al sistema político. El autoritarismo se reforzó, pues las reformas neoliberales y el empobrecimiento concomitante era y es el proyecto de los dueños del dinero. La 'democracia' sería para los de arriba, para venderla com panacea, pero sus promotores sabáin muy bien que la protesta social iba a crecer.

Y otro detalle que nos recuerda aquélla coyuntura  que tanto prometía para la sustitución del viejo sistema político posrevolucionario  fue que gracias a la traición de Zedillo y los dirigentes de las fuerzas políticas institucionales se canceló la oportunidad de enterrar de una vez y para siempre el viejo régimen que, a cambio de migajas materiales ha negado cualquier oportunidad de hacer de este país un lugar más justo y digno para sus habitantes. Esto permitió el falso regreso del PRI a Los Pinos y fortaleció la tendencia a que el sistema político se siga cerrando sobre sí mismo. Como se ve el costo que estamos pagando por aquella traición nos sigue pasando la factura.

Luis Hernández Navarro, y para abundar en lo dicho arriba, la transición política mexicana fue el resultado de una alianza entre Zedillo y los partidos políticos, que marginó del proceso al  EZLN y a todas las fuerzas políticas que los apoyaban. Dio así inicio la etapa (terminal) del sistema político posrevoucionario -también llamada por muchos 'transición política' y que hoy pretende reeditarse. Por eso la llamo terminal: en lugar de abrirse a la sociedad se cierra cada vez más sobre sí misma (reelección, bipartidismo regional, partidos verticales, burocracias eternas), síntoma evidente de su decrepitud, su disfuncionalidad. La ciudadanización del subsistema electoral fue en realidad su partidización, lo que hoy nadie pondría en tela de juicio, ni los propios transitólogos.

Escribe Hernández Navarro al respecto:
"... esta negociación reforzó el monopolio partidario de la representación política, dejó fuera de la representación institucional a muchas fuerzas políticas y sociales no identificadas con estos partidos, y conservó, prácticamente intacto, el poder de los líderes de las organizaciones corporativas de masas... 
En esas circunstancias, el gobierno federal hizo abortar los acuerdos de San Andrés. Incumplió su compromiso de promover una reforma constitucional sobre derechos y cultura indígenas…  de manera paralela al diálogo con el EZLN y sus aliados, la administración de Zedillo impulsó con los partidos un pacto que dio a luz una nueva reforma política definitiva.” (El subrayado es mio)

 La piedra en el zapato del sistema -hoy más que nunca con el PRI en la presidencia- fue y es el EZLN, que forma parte destacadísima de las acciones que han tomado pueblos y comunidades para enfrentar el franco deterioro de sus condiciones de vida como consecuencia del nuevo 'modelo de desarrollo' . Lo que se pretendió resolver con una traición, beneficiando a los dirigentes partidistas y sus anhelos 'democráticos', acabó simplemente dejando el conflicto 'latente', alimentando la ilusión de que los zapatistas desistirían o simplemente, y para confirmar su racismo, no estarían a la altura de las circunstancias. Hoy, frente a la fuerza de sus acciones y el fortalecimiento de sus sistemas normativos, Peña pretende reeditar la política de 'ni te veo ni te oigo' cerrando más el sistema para mantener un remedo de 'control político'... hasta donde el cuerpo aguante. El Pacto por México, más allá de su esencia propagandística, se explica por la necesidad de que los cacicazgos partidistas y las dirigencias sindicales que los apoyan cierren filas frente al deterioro del estado de derecho y el fortalecimiento de opciones políticas que lo desafían.

No sería demasiada arriesgado suponer que, al igual que en 1996 la sociedad se mantenga al margen, pero un sector significativo de ella puede hacer la diferencia y poner en el mapa la reedición de los acuerdos de San Andrés, agotando todos los espacios que se habían abierto 17 años atrás para reconfigurar el sistema político. El acierto del texto de Hernández Navarro radica en colocar al movimiento zapatista en el centro de la tan traída y llevada 'transición democrática' que hoy, de cara a su fracaso, parece querer ser manipulada para que todo siga igual. La opción autoritaria parece ser la más fuerte. Hoy estamos viviendo en un país que poco imaginaron en aquellos años en que México arribó a la 'democracia'. La pobreza y la militarización parecen las dos caras de una misma moneda; el desprestigio de todo el estado de derecho y sus instituciones se mantiene y crece, particularmente los partidos políticos y todo el sistema de representación política.

La otra opción no puede ser otra que impulsar la lucha zapatista para crear un mundo donde quepan muchos mundos. Un mundo ajeno al control de los pocos sobre los muchos, caracterizado por sus enormes desigualdades. El único polo político que tiene una propuesta con un alto sentido ético y que está convencido del agotamiento del régimen, es la del EZLN. Los partidos políticos y el estado de derecho se encuentran muy debilitados pero mantienen los hilos del poder institucional y la capacidad para reprimir. Los hechos no están consumados y las opciones están claras. Habrá que elegir sobre la marcha, caminando con otros para definir el destino caminando.


lunes, 4 de febrero de 2013

“Queimada”: paradigma Latinoamericano

Perfectamente lograda. Pocas veces el “tercer cine” (movimiento fílmico anti-burgués, políticamente militante, de origen latinoamericano) puede presumir de trabajos cuyo resultado final supere las expectativas originales. La película Queimada (Burn!, 1969), dirigida por el italiano Gillo Pontecorvo y protagonizada por Marlon Brando, más allá de los aspectos técnicos-narrativos-estructurales tan magistralmente efectuados, tiene un doble mérito: por un lado, describe, reconstruye, retrata el drama político de América Latina y el Caribe, y por otro, sin incurrir en fórmulas panfletarias, evoca e invoca el invaluable patrimonio ético-filosófico, en materia de rebelión, atesorado en este lado del hemisferio, la región de las más acentuadas contradicciones –Latinoamérica. Ahora que la izquierda somete a debate sus estrategias, alcances e idearios, vale la pena desenterrar el registro de flagelos, el compendio de agravios, que explican parcialmente el presente latinoamericano. La película consigue este propósito. Corresponde analizar críticamente el film referido, y paralelamente coligarlo con la histórica realidad continental. 

 La película relata el arribo de un agente británico a una isla en el Caribe, Queimada, (que bien podría ser cualquier país latinoamericano) con la intención de fomentar una revolución nativa para derrocar a los conquistadores portugueses, y conseguir para sus patronos –Gran Bretaña y la empresa subsidiaria Royal Sugar Company– el control de la economía local, concretamente la producción de caña de azúcar, aún sujeta a cánones productivos esclavistas. Después del derrocamiento de la administración portuguesa, Queimada declara su independencia, aunque sólo formalmente. En la práctica, el nuevo régimen constituido a capricho de los británicos, integrado por latifundistas blancos y políticos titiriteros corruptos, se ocupa de satisfacer intereses privados extraterritoriales. Con la venia de Gran Bretaña, se inaugura un proceso de transición a fin de establecer una economía de libre mercado, un régimen de salarios, en suma, una proletarización de la fuerza de trabajo. William Walker, el agente británico (Marlon Brando), se vale de una analogía altamente ilustrativa para exponer al gobierno emergente las bondades de un sistema económico proto-capitalista. En términos estrictamente económicos, pregunta Walker, ¿qué es más retributivo, rentable: una esposa (refiriéndose al esclavo) con todos los dispendios onerosos que supone una manutención vitalicia, ó una prostituta (refiriéndose al asalariado), que tan sólo implica un gasto intermitente, allí cuando sus servicios son requeridos? 

Pero el factor imprevisto en esta trama de neocolonialismo, persistentemente presente en la historia de nuestros pueblos, también figura de manera destacada en el film: a saber, la radicalización de la rebelión, ya no contra un poder esclavista, sino contra el anónimo poder del capital. José Dolores, líder de la primera insurrección, más tarde dirigente de la guerrilla nativa, personifica la peculiar fuerza de resistencia, el espíritu libertario, que tantos triunfos simbólicos y tantas derrotas materiales ha cosechado en la historia de la América descolonizada. A través de la lucha de este mártir, el film rememora este patrimonio inmaterial de resistencia, y saca a la superficie esa flama de indignación latente que todavía al presente amenaza felizmente con subvertir la realidad de nuestros pueblos. Válgase la enunciación de las valiosas lecciones que desentierra Queimada

 Es mejor saber a dónde ir y no saber cómo, que saber cómo ir y no saber a dónde; 

 Si un trabajador labora para otro, permanece como esclavo, aunque se le identifique como obrero y no como peón; 

 Si un hombre te da libertad, no es libertad. La libertad es algo que uno, uno solo debe buscar; 

 Las clases dominantes tratarán de asesinar los valores e ideas, y no sólo a los hombres que los detentan, pues la naturaleza de la idea es imperecedera, mientras que los hombres perecen naturalmente.